La OMS lejos de contener el brote del Ébola en Kivu Norte en RD Congo

24-08-2018

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que está lejos de poder confirmar la contención del brote del virus del Ébola en Kivu Norte en la República Democrática del Congo y expresó que su mayor preocupación es que por razones de seguridad no se puede tener acceso a personas contagiadas por el virus letal pues en la zona afectada más de 100 grupos armados aterrorizan a la población, especialmente las milicias del ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas) uno de los grupos extremistas islámicos más sanguinarios y temidos de la región.

«De momento no podemos decir que el brote esté contenido, definitivamente no, estamos en el proceso de tratarlo de contener , pero por las restricciones de seguridad, no podemos estar 100 % seguros , así que no podemos subestimar esta enfermedad», dijo a Proceso Peter Salama, Director General adjunto de la OMS para la Preparación y la Respuesta ante Emergencias.

«Mi mayor preocupación es poder tener acceso a la gente que necesitamos llegar, quizá estamos perdiendo algunos casos, en estos «espacios ciegos» en donde no hemos podido llegar por la violencia armada , en esos lugares simplemente no hay facilidades de salud, ni trabajadores médicos y no podemos llegar», lamentó.

«Desde el principio del brote en RDC nuestra mayor preocupación ha sido tener acceso a las personas contagiadas y a sus contactos , pero la violencia complica inmensamente nuestra respuesta y nuestra capacidad de conectar con las comunidades , porque como trabajadores de salud, ninguno de nosotros quisiéramos tener que estar acompañado de personal armado para hacer nuestro trabajo y entablar una relación con las comunidades», comentó el experto de la OMS.

Desde el 1 de Agosto en que el organismo de salud declaró el nuevo brote del Ébola en Mangina, Kivu Norte en RDC, hasta el viernes 24 de Agosto, la OMS ha contabilizado 103 casos sospechosos, incluyendo 80 confirmados, con 63 muertes. La cepa del virus corresponde a la llamada Zaire, una de las más letales con tasa de mortalidad de más del 60 %. A pesar de las cifras, la OMS reconoce que el número puede ser mayor.

El Ébola es una enfermedad endémica en el Congo. Sólo ocho días después de que el Ministerio de Salud de RDC diera por acabado el brote que había azotado la provincia de Ecuador (noroeste del país) desde el pasado mayo, las autoridades del país declararon el nuevo brote en una zona por demás compleja y densamente poblada que comparte frontera con Uganda y Ruanda.

Según explica la OMS, no tienen relación un brote con el otro ya que a los epicentros en Bikoro y Mangina, les separan unos 2500 kilómetros de distancia. En el anterior, el de la provincia de Ecuador, desde que se declaró el inicio, el pasado 8 de mayo, y hasta su final este 24 de julio, se contabilizaron 54 casos totales, de los cuales 33 pacientes fallecieron.

Pero la gran diferencia es que el primer brote se pudo contener rápidamente y en cambio este segundo que golpea al país centroafricano representa un desafío para los trabajadores de salud y para la población atrapada por los enfrentamientos armados.

En este escenario Salama reveló que había llegado el momento «más temido y más anticipado». Se trata del contagio de un médico en Oicha, en Kivu Norte, un poblado que se encuentra totalmente rodeado por los militantes del grupo extremista ugandés ADF , por lo que «hay temores extremadamente graves de seguridad » y además cooperantes, sacerdotes y funcionarios del gobierno han sido tomados como rehenes.

Por ahora, se han localizado a un centenar de los contactos del médico y se ha comenzado una campaña de vacunación en la zona al igual que en los principales poblados de la región. Se han vacunado ya a 2 mil 900 personas en riesgo de ser contagiadas. Expertos sanitarios y personal de la OMS han podido llegar a Oicha con escoltas armadas de la MONUSCO para evaluar de primera mano la situación. Además, la epidemia ha llegado a la vecina Ituri, con nueve casos registrados y tres muertes.

Aunado a ello, debido a que hay distintos focos «los traslados de los enfermos y el tratamiento de los cadáveres implican grandes riesgos». Los diferentes equipos de ayuda tienen que trabajar de forma independiente, lo que aumenta el problema logístico y de coordinación. De igual forma el hecho de que entre las víctimas se encuentren 13 trabajadores de salud «convierte a los hospitales y centros de salud en lugares de riesgo de contagio».

Los huéspedes naturales del virus del Ébola son los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae, explica la OMS. El virus se introduce en el ser humano por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de dichos animales infectados , así como chimpancés, gorilas, monos, antílopes y puercoespines.

Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de la piel) con órganos, sangre, secreciones, semen u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.

El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosas hasta que aparecen los síntomas, los cuales se caracterizan por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa , dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.

En cuanto al manejo de los cuerpos, las ceremonias de inhumación que implican contacto directo con el cadáver también pueden contribuir a la transmisión de la enfermedad y los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre.

La peor epidemia de Ébola en la historia moderna tuvo lugar en diciembre de 2013 en Guinea Conakry, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia. La OMS marcó el fin de esa epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11 mil 300 muertes y más de 28 mil 500 casos, aunque la agencia de la ONU ha admitido que estas cifras pueden ser conservadoras.

De acuerdo a UNICEF, durante el presente brote en RDC sus equipos en el terreno brindan apoyo piscosocial a los afectados y han diseminado mensajes preventivos a la población alcanzando a unos dos millones de personas en ocho zonas de salud.

El portavoz del organismo Christophe Boulierac dijo a Proceso que cuentan con el apoyo de más de mil trabajadores sociales ya que la labor activa con las comunidades es «clave» para hacer llegar las medidas de prevención y las medidas de higiene pertinentes, especialmente en Beni.

«Ahora con respecto a la proporción de niños afectados por Ébola , si tomas la suma del total de los casos confirmados , 25 % de los que son afectados son menores de 19 años. Y 60% son mujeres y niños», precisó Boulierac.

«El problema es que no podemos explicar por qué. Quizá porque las madres tocan a sus hijos (…) pero esto no ha sido suficientemente analizado todavía», remarcó.

Por otra parte, volviendo al tema de la violencia, la oficina del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR) ha sonado la alarma ya que estiman que en el territorio afectado por el virus viven cerca de 1.3 millones de personas en donde el ejército congoleño se enfrenta sin éxito a los grupos rebeldes .

El portavoz del ACNUR Andrej Mahecic dijo que a principios de este mes uno de sus equipos pudo llegar hasta los distritos de Eringeti y Oicha en donde la «violencia es rampante» y los residentes relataron «brutales ataques contra civiles con machetes, historias de masacres, de extorsión, desplazamiento forzado, violencia sexual, reclutamiento de menores y serias violaciones de Derechos Humanos».

El desplazamiento forzado en esta parte del país sigue siendo enorme, agregó ACNUR. Se estima que más de un millón de personas se encuentran desplazadas en Kivu Norte. Esta es la más alta concentración de desplazados internos en la RDC y medio millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares este año.

ACNUR comentó que está ampliando su capacidad en Kivu del Norte para responder a las crecientes necesidades humanitarias.

«Estamos tomando las medidas adicionales para acondicionar refugios de emergencia y otro tipo de asistencia humanitaria para satisfacer las necesidades de los desplazados en Beni», refirió Mahecic. Sin embargo, en tanto que la respuesta humanitaria del ACNUR continúa a pesar del brote de Ébola y de la situación de seguridad, el organismo subrayó que la falta drástica de fondos es un grave obstáculo a sus esfuerzos ya que de un total de 201 millones de dólares solicitados, «tan sólo ha sido financiado el 17 por ciento».

Diversos organismos humanitarios de la ONU, además de Médicos Sin Fronteras (MSF), el Comité Internacional de la Cruz Roja, organizaciones de la sociedad civil, autoridades congoleñas, personal médico local, enfrentan a este monstruo que se dispersa silencioso en una región en la que se conjugan diversos factores que ningún científico quisiera ver reunidos.

«Estamos en un momento crucial en este brote en términos de su evolución epidemiológica y en términos de respuesta», reconoció Salama, jefe de la respuesta de emergencias de la OMS quien conservó su tono pausado al hablar y que sin querer ser alarmista no podía esconder ciertos rasgos de preocupación en su rostro.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Proceso.

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