Lo peor que se está poniendo

“Lo mejor es lo peor que se va a poner”, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador al iniciar una de sus largas mañaneras el jueves 30 de junio y luego soltó una carcajada maquiavélica o más bien de lunático, como cada uno prefiera interpretarla. Así amenazó y así lo está cumpliendo. Lo peor que le puede pasar al país es inundarlo con militares. Cada día se parece más a su odiado enemigo Felipe Calderón. Qué fracaso.

A raíz de la violencia desatada en varios estados del país ha corrido un mar de especulaciones: si es a consecuencia de un “compló” de los conservadores de derecha con apoyo de los medios; si es una oleada de terror pactada por AMLO con el narco que le sirve de coartada para que la gente agradezca la medida de trasladar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa (SEDENA); si fue por el fracaso en el operativo para detener a dos cabecillas del Cártel Jalisco Nueva Generación relacionado a la sucesión del Mencho; si es porque AMLO favorece al cartel del Chapo y los otros cárteles protestaron o que si la ola de violencia en el país es mera casualidad. Sobran versiones.

La violencia en el país no se va a erradicar por poner militares en las calles y darles tareas de seguridad pública. Eso quedó demostrado con la estrategia de Calderón, pero también con la experiencia de otros países como Colombia que también cayó en las redes del narco y de los militares. La peor combinación imaginable.

Pregunté a la oficina de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos Michelle Bachelet sobre los planes de AMLO y la respuesta fue categórica: “La Oficina insta a que la naturaleza civil de la Guardia Nacional y de la seguridad pública, consagrada constitucionalmente, sea mantenida”, me dijo la portavoz del ACNUDH Ravina Shamdasani.

“La Alta Comisionada ha reiterado en relación con varios contextos que la creciente militarización de funciones civiles básicas supone un debilitamiento de la institucionalidad democrática”, agregó la portavoz de Bachelet quien además de ser presidenta de Chile también fue Ministra de Defensa de su país.

“La Alta Comisionada y diferentes mecanismos de derechos humanos de la ONU han insistido en el fortalecimiento de las instituciones civiles en México, en asegurar el carácter civil de las corporaciones de seguridad y en que el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública es excepcional, un último recurso de carácter temporal y fiscalizado por órganos civiles independientes’’

Asimismo, Bachelet “reitera su disposición de proporcionar asistencia técnica al Estado mexicano para fortalecer las instituciones civiles, así como la transparencia y la rendición de cuentas en materia de seguridad de autoridades civiles y militares”.

Por otra parte, si un país es vivo ejemplo del daño que hacen los militares en tareas que no les corresponden y los ríos de sangre que dejan a su paso, es Colombia. El nuevo presidente Gustavo Petro nombró al jurista Ivan Velásquez, un civil, como Ministro de Defensa y decidió sacar a la policía del Ministerio de Defensa para trasladarla al Ministerio del Interior, exactamente lo opuesto a lo que quiere hacer AMLO. Velásquez, investigador de la parapolítica en Colombia, fue ex presidente de la CICIG , la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, nombrado por el secretario general de la ONU. Es uno de los hombres más incorruptibles que pueden sostener el cargo al frente del ejército colombiano. El nombramiento del exmagistrado que logró la caída del presidente de Guatemala Otto Pérez Molina por corrupción supone un vuelco total en la jefatura de las Fuerzas Armadas colombianas. Lo que pensamos que iba a hacer AMLO al inicio del sexenio.

Petro empieza bien su mandato para bien de los colombianos y AMLO lo está terminando muy mal para dolor de los mexicanos. Otras voces acusan que la movida con SEDENA pudiera ser un plan con maña y el inquilino de Palacio Nacional quiera eternizarse en el poder. Esa es otra especulación que esperamos sea la más equivocada. Lo que de ninguna manera puede pasar de largo es que AMLO está obligando al ejército a violar la Carta Magna, está empujando a los militares a ir en contra de sus principios. Sí, es muy cierto, esto se está poniendo peor por voluntad expresa del Sr. Presidente a quien además le da risa. Eso sí es de terror.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Opinión 51.