No es atípico

Muy quitada de la pena Rosa Icela Rodríguez, responsable de la Seguridad y Protección Ciudadana del país dijo que el secuestro de 32 migrantes en Tamaulipas era un caso “atípico”. Quizá para la Secretaria de Seguridad no es prioridad la tragedia que viven los migrantes en México, está mal informada o de plano con toda intención quiso subestimar el evento especialmente por la amplia cobertura que tuvo en diversos medios de comunicación.

“Hay que decir que este tipo de eventos se daba con uno o dos o tres migrantes, pero este número (32 migrantes) en esa zona (de Tamaulipas) es atípico. No es una cuestión que se esté dando frecuentemente, es una cuestión, pero nosotros tenemos confianza en que el operativo de búsqueda tendrá resultado”, dijo Rosa Icela en la mañanera (3/01/24).

Es decir que, si son “eventos” de dos o tres migrantes secuestrados, ¿no importan? Pero además, quizá queriendo normalizar la situación, hay cosas que la 4T olvida o se le pasan de largo. Hagamos memoria: solamente hacia finales del año pasado 123 migrantes fueron encontrados en un tráiler en San Luis Potosí (9/11); 162 personas secuestradas en Coatzacoalcos, Veracruz (14/11); 87 migrantes en Huehuetán (29/11) y 155 en Paredón (7/12), ambas localidades en Chiapas.

Esto no es atípico. Los secuestros masivos de migrantes están a la orden del día en el país. Además, la 4T presumió el “rescate” de los 32 migrantes en Tamaulipas, que más bien fue una liberación pues sus captores los abandonaron frente a un supermercado. Hasta el día de hoy, no se sabe si pactaron con los secuestradores, no se conocen más detalles y tampoco si hay detenidos. La única certeza es que los migrantes se han convertido en moneda de cambio de los criminales y Palacio Nacional no ha sido capaz de poner un alto.

A principios de diciembre en la sede de la ONU en Ginebra, activistas del colectivo EPUMX, formado por más de 300 organizaciones de la sociedad civil, denunciaron desapariciones masivas de migrantes en México, durante las reuniones que llevaron a cabo de cara al Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos que tendrá lugar a finales de este mes.

“En México están ocurriendo desapariciones masivas de migrantes. Especialmente en el norte del país están teniendo lugar desapariciones masivas de migrantes, te estoy diciendo que desaparecen en grupos de 20, de 30, de 100 personas o más. Por ejemplo, llega un grupo de unos 200 o 300 migrantes a ciudades del norte del país y al siguiente día la mitad ya no aparece. Si a los mexicanos nadie nos hace caso con familiares desaparecidos, mucho menos a los migrantes, no hay registro para ellos, es una crisis invisible’’, me dijo en entrevista uno de los activistas a quien prefiero dejar en el anonimato.

“En México no se está hablando de esto’’, lamentó el defensor, quien expuso que habló de esta problemática con varios representantes de gobiernos interesados, incluyendo europeos y sobre todo con el de Washington que, por cierto, mostró “gran preocupación’’.

Según me cuenta, los diplomáticos con los que habló en la ONU, “saben los peligros a los que se enfrentan los migrantes con la presencia del crimen organizado y el aumento de la militarización, pero no estaban al tanto de la magnitud de estas desapariciones”.

Para colmo, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador que los críticos a su gobierno ven “todo mal” y deplora “cuánta difusión por el lamentable secuestro de los migrantes y no deseando que se encontraran con vida’’… A eso se le llama censura. Esto es un mensaje claro a los medios para que no den cobertura a hechos tan lamentables y trágicos. Que un gobierno democrático presione de esa manera a la prensa y atente contra el derecho a la libertad de expresión, sí es atípico.

Los migrantes que transitan por el país corren el riesgo dehundirse en una densa marea roja de asesinatos, crimen, extorsión, secuestros y desapariciones masivas, además de graves violaciones de derechos humanos perpetradas en la más absoluta impunidad. Se asfixian sin que nadie los vea. Sus huellas son invisibles. Pagan muy caro el precio de haberlo dejado todo. Que un gobierno “humanista” sea tan indolente ante este flagelo, sí es atípico. Totalmente atípico.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Opinión 51.