Naciones Hundidas: Autogoles

Es insospechado el derrotero que tome Argentina con su nuevo presidente Javier Milei. Sobre su triunfo el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo enfático: “Para decirlo, en una palabra, con todo respeto, fue un autogol. Y yo no estoy de acuerdo aunque respeto la decisión de los pueblos con los gobiernos de derecha’’.

Todavía es muy pronto para saber si el pueblo argentino se boicoteó al elegir a su peculiar mandatario. Vimos la toma de posesión y aquella escena sui generis con un Rey Felipe VI de España quien lucía muy incómodo, casi molesto. Ahí también estaban Gabriel Boric de Chile, Daniel Noboa de Ecuador, Santiago Peña de Paraguay, Luis Lacalle Pou de Uruguay, así como el líder ucraniano Volodymyr Zelenzky. Y, como en una película de terror, aparecieron Viktor Orbán de Hungría y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro. ¿Qué hacían ahí? Frente al estrado, como en partido de futbol, los argentinos coreaban y celebraban a su ganador: ¡Olé, olé, olé!

Escuchamos el amargo discurso inaugural de Milei en el que uno a uno fue describiendo con lujo de detalles la serie de autogoles que se ha metido el pueblo argentino al elegir a sus gobernantes. Ya se verá con el tiempo lo que pasa con “el loco” y su “¡viva la libertad, carajo!’’.

Pero lo que quedó muy claro en esas elecciones es que los argentinos no estaban dispuestos a darle una segunda oportunidad a los ineptos, estaban hartos y ejercieron el voto de castigo sin dudarlo. Tal como lo hizo el pueblo de México al elegir a AMLO hace cinco años. Estaba cantado el juego peligroso y sin hacer caso la mayoría que eligió al tabasqueño metió el autogol. Un autogolazo.

Durante la campaña de AMLO en 2018 hubo engaños. Habrá que recordar que prometió el sol, la luna y las estrellas, dijo que todo iba a ser miel sobre hojuelas y a cambio hemos recibido hiel, destrucción, más corrupción, rendición ante los militares, cierre del espacio cívico, espionaje, educación desastrosa, colapso del sistema de salud, indolencia ante las víctimas y aniquilación del Estado. AMLO nunca enseñó la motosierra que llevaba al hombro.

AMLO deja números rojos: En lo que va del sexenio se han registrado más de 158 mil homicidios dolosos, con un promedio de 85 asesinatos por día, al menos 40 mil personas desaparecieron entre 2018 y 2023, llevando la cifra total a más de 111 mil. Hay un promedio de 10 feminicidios diarios. La tasa de impunidad en homicidio doloso rebasa el 96.9%, que en el caso de las desapariciones forzadas alcanza 98.9%.

Su legado será sombrío: Violencia e impunidad generalizada, el crimen organizado tiene presencia en 80% del territorio del país con unos 175 cárteles activos. En la Ciudad de México, por ejemplo, operan al menos 30 bandas. Hay un aumento de crímenes de alto impacto, desapariciones forzadas, crisis migratoria, pobreza estructural que afecta principalmente a los pueblos indígenas, además del más descarado despilfarro en obra pública mal terminada … y para colmo de males, antes de dejar su mandato, AMLO amenaza con aventar el cuete y salir corriendo pues enviará una iniciativa para demoler organismos autónomos.

Es indispensable ir a votar en el 2024 y pensarlo muy bien. ¿Queremos una serie interminable de autogoles como nuestros amigos argentinos? Si la candidata morenista ya se asume como ganadora y pasea por las calles con sus consortes mostrando exceso de soberbia, riqueza, ropajes, mantas y acarreados. ¿Se imaginan qué pasará si llega a tener el poder? ¿Queremos bailar ese tango? ¿Queremos más de lo mismo? Más allá de izquierdas o derechas de lo que se trata es de sensatez, imperio de la ley, voluntad política y buena gobernanza. Ante la debacle se impone la alternancia, el cambio.

Meter un autogol puede ser accidental, pero anotarse otro con toda intención y a sabiendas de lo que arriesga el país sería trágico e irreparable. México corre el riesgo de hundirse en la derrota y ahogarse en la sed de poder morenista. La 4T ha demostrado ser un fracaso para gobernar y en este partido sólo habrá un equipo ganador. Escuchemos a Menotti el filósofo del futbol: Es necesario achicar la cancha, presionar la salida del contrario , llegar al frente con superioridad numérica, apuntar a la portería del contrincante y meter gol. ¡Gol!

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para EjeCentral.