Naciones Hundidas: Blindajes

Los periodistas en México tienen que blindarse de los proyectiles que lanza el presidente desde su púlpito en Palacio Nacional. Los más expuestos por su notoriedad en los medios, los más renombrados y también los de a pie, los que investigan, los que denuncian, los que exponen, los que pasan desapercibidos, los de la radio comunitaria o del diario local. Todos los que cuestionan al poder necesitan un escudo protector. López Obrador declaró la guerra.

Con el atentado que sufrió Ciro Gómez Leyva se prendieron las alarmas y los comunicadores tuvieron el impulso de esconderse en lugares bajo tierra, algo parecido a lo que padecen los ucranianos cuando corren a los refugios al sonar de las sirenas por los bombardeos. Allá son misiles, en México son ataques verbales que, como el caso de Ciro, se convierten en balaceras.

“A las 11:10 pm a 200 metros de mi casa dos personas en una motocicleta me dispararon, al parecer con la clara intención de matarme. Me salvó el blindaje de mi camioneta que yo manejaba’’ escribió Ciro Gómez Leyva en su cuenta Twitter (16/12).

Según periodistas víctimas de un atentado el primer impulso es dejar la pluma, “por una historia nunca hay que poner la vida en juego”. Pero Ciro no se amedrentó, asistió al noticiero visiblemente afectado, pero ahí estaba, entero. A pesar de que AMLO sigue al ataque, el periodismo sigue pa’lante. Se necesita crear una cadena solidaria entre colegas. Urge blindarse.

Quizá AMLO no lo sabe. El Estado es responsable de proteger a los periodistas. Así lo recordó el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos Volker Türk: “Los periodistas necesitan protección, no ataques de las autoridades. Llamo a México a cumplir con su obligación de garantizar su seguridad. De lo contrario, no solo contribuye a la autocensura, sino que fomenta la violencia contra los medios’’.

“Temo por mi vida”, le dijo a AMLO la periodista Lourdes Maldonado en una mañanera. El 24 de enero de 2022 fue asesinada en su automóvil en Tijuana. Su auto no estaba blindado y se supone que tenía “protección”. A los pocos días asesinaron a tiros a su colega Margarito Martínez Esquivel quien había denunciado amenazas y pidió auxilio.

Desde 2012 se creó el Mecanismo de Protección para Periodistas y Defensores. Ahora está rebasado, sin presupuesto suficiente, tiene mucha demanda, poco personal y fallas estructurales. Desde su creación 13 periodistas que contaban con alguna medida de protección han sido asesinados.Un obstáculo, de dicho mecanismo es la eterna desconfianza entre periodistas y autoridades, ya que no es raro que las amenazas que sufren provienen justamente de policías o políticos locales.

Según la Campaña Emblema de Prensa (PEC, en inglés) en los últimos 5 años, México ha registrado el mayor número de víctimas (69), por delante de Afganistán (44) , India (37) y Ucrania (36). En el 22 la PEC registró 17 colegas ejecutados en México, la mayor cifra anual desde principios de siglo. Cabe aclarar que la PEC enumera a todos los comunicadores asesinados, estén o no relacionados con su actividad profesional, por eso el número es más alto que lo que registran otras ONG.

Ante la situación, AMLO debe procurar justicia y rendición de cuentas. Eliminar el “Quien es Quién en las Mentiras’’. Que permita el derecho de réplica de periodistas en la misma tribuna en la que fueron vulnerados, es decir en la mañanera. Debe hacer un recuento sobre las amenazas de muerte y agresiones que sufren en línea los periodistas que nombra en su mañanera y poner un alto. Debe ofrecer autos blindados y escoltas a los periodistas que ataca continuamente: Loret, Riva Palacio, Sarmiento, Ciro, Aristegui, Krauze, Sheridan, entre otros. ¿Es mucho pedir?

Y si no paran los ataques, los comunicadores deben tratar de defenderse con los recursos a la mano, tener planes de escape, lugares para refugiarse, claves con amigos o la familia y lograr que las palabras de López Obrador se resbalen como teflón. No queda de otra, cada uno a su trinchera.
México cae por el despeñadero de la impunidad y se hunde en las profundidades de la violencia contra los periodistas azuzada por el encono verbal del presidente, cuando lo que urge es proteger a los comunicadores, darles aire y blindar el derecho a la libertad de expresión ¡Prensa, no disparen!

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para EjeCentral.