Naciones Hundidas: Es un impostor

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que se dice de izquierda, en realidad “es un impostor”, acusó José Miguel Vivanco exdirector para las Américas de Human Rights Watch, quien más de tres décadas de su impecable carrera ha estado en constante defensa de los derechos humanos. Deseo buena suerte a Vivanco que dejó su puesto en HRW a fines de enero. El activista chileno siempre ha sido muy claridoso, preciso y filoso en sus comentarios respecto a graves violaciones en el continente americano, lo cual se agradece. Aquí reproduzco algunos párrafos de la entrevista que me concedió sobre México y el gobierno de AMLO.

“AMLO es un impostor, muy peligroso para cualquier sociedad democrática y está desmantelando el Estado de derecho en el país. Es un autócrata”, lanzó. “Es un impostor, ha demostrado ser un caudillo clásico latinoamericano que busca las fórmulas para fortalecer su poder personal y desmantelar las instancias que se han construido con gran esfuerzo para asegurar rendición de cuentas y fiscalización de las máximas autoridades”.

“Todo eso a AMLO, le molesta, siente que son ataduras que limitan el ejercicio del poder. Es un típico caudillo porque todos los días defiende en sus mañaneras la tesis de que por el solo hecho de haber sido elegido presidente de México de manera incuestionable y seguir siendo tan popular, tiene licencia para ejercer el poder como se le antoja”.

“Y cualquiera que se le cruza en su camino ya sea el INAI, el INE o el propio poder judicial, pasan a ser corruptos morales, ese es el lenguaje que él usa. Su tesis es que por arte de magia la sola elección de él como presidente de México acaba con cualquier peligro de corrupción”.

El Presidente piensa que por su llegada al poder “ya no hay más abuso de poder, no hay que preocuparse mayormente de los carteles, de la inseguridad que afecta a los periodistas, esos temas pasan a ser parte del pasado. Realmente AMLO no valora, no entiende y no quiere entender cómo funciona una sociedad democrática”. “Si fuera por él, todos los mexicanos bien intencionados deberían estar con el gobierno, querría imponer una especie de unanimidad. Ese dogmatismo de AMLO es profundamente antidemocrático y muy peligroso”, remarca.

“Lo que más me perturba de AMLO son sus esfuerzos por desmantelar el estado de derecho en México, confiesa Vivanco, un excelente ejemplo fue la ley Zaldívar que pretendía extender el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia y ¡ojo! también de los miembros del Consejo de la Judicatura Federal en contradicción con lo establecido en la Constitución”.

A su modo de ver “AMLO está haciendo esfuerzos extraordinarios por politizar la justicia en México y controlar al poder judicial”.

Y con respecto a la militarización en el país, considera que “es insólita, no tiene precedentes en la historia de México, ni siquiera en tiempos del PRI. Criticó que los militares están encargados de un sinfín de tareas y “tienes al Secretario de la Defensa que abiertamente incursionó en política anunciando su apoyo al proyecto político de AMLO diciendo que las fuerzas armadas se identificaban con su proyecto y esto significaba la unidad nacional”.

“Esto es de la mayor gravedad, los militares deben estar totalmente al margen, sabemos las consecuencias que representa para la democracia en América Latina el involucramiento de los militares en tareas propias de la política partidista”, advierte.

“Y todo esto se está dando en el gobierno actual de un caudillo que se hizo elegir sobre la base de una plataforma de unas promesas de progresismo, de civilidad, de lucha contra las violaciones a los derechos humanos”, observa.

Por otra parte, “a AMLO no le importa el tema de los periodistas asesinados y que México sea uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, eso se reflejó en el recorte al fideicomiso para proteger a periodistas, lo eliminó derechamente”. “La visión que tiene del periodismo es que los buenos periodistas son los que apoyan al gobierno y lo aplauden y le rinden homenajes”, concluye.

El país se hunde bajo el poder de un caudillo, un impostor, un autócrata que se piensa invencible. La destrucción del estado de derecho, la demolición de las instituciones autónomas, el desprecio a la libertad de expresión, la militarización del país, el control de los poderes, serán la herencia de su bendita transformación. Suenan las alarmas.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Eje Central.