Naciones Hundidas: las olvidadas

A lo largo de la historia las mujeres han sido olvidadas. Han sido objeto de abuso, explotación, violencia sexual, tortura, esclavitud, ejecuciones, detenciones arbitrarias, asesinatos, desapariciones y graves violaciones de derechos humanos en la más escandalosa impunidad. Ningún país, por desarrollado que sea, ha escapado a este flagelo.

Lo más patético de la historia es que la gran mayoría de los crímenes cometidos contra la mujer son perpetrados por su propio padre, pareja sentimental, hermanos o algún conocido. Las huellas indelebles que los maltratos dejan en sus cuerpos y en sus mentes las acompañan durante toda su vida.

Además, la pandemia Covid-19 ha exacerbado la violencia contra la mujer en todo el mundo. Los hombres descargan su frustración en las mujeres quienes no tienen a dónde escapar o refugiarse. Literalmente muchas de ellas duermen con su verdugo.

La relatora especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres Dubravka Šimonovic advirtió que “mientras el mundo lucha contra el impacto devastador de la pandemia de COVID-19 y sus efecto negativos, una pandemia de feminicidios y violencia de género acaba con la vida de mujeres y niñas en todas partes”.

La experta señaló que los datos que ha recopilado a partir de 2015 mediante la iniciativa especializada “Femicide Watch” indican que el 80% de las víctimas de asesinatos intencionales que involucran a compañeros sentimentales, son mujeres.

La pandemia de la violencia contra la mujer no tiene vacuna, pero sí tiene remedio, se llama justicia. La gran mayoría de feminicidios en México y el mundo queda impune y ni siquiera muchos de estos crímenes se catalogan como lo que son: asesinatos por cuestión de género.

El 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana, fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal: Patria, Minerva y MaríaTeresa, valientes activistas políticas, por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo .

Conocidas como Las Mariposas, fueron torturadas y ahorcadas por militares. Una vez muertas, sus cuerpos fueron arrojados por un barranco para simular un accidente de tráfico. Los hechos provocaron gran indignación y en mayo de 1961 el dictador fue asesinado.

Patria, Minerva y María Teresa, que al morir tenían 36, 34 y 25 años respectivamente, fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones, pero continuaron con su lucha. «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte», solía decir Minerva, una de las primeras abogadas en la dictadura dominicana.

Es claro que Las Mariposas fueron asesinadas por su activismo, pero hay miles de mujeres en todo el mundo que han sido asesinadas, desaparecidas, abandonadas, desmembradas, apedreadas, quemadas vivas, por el hecho de ser mujeres y sin que nadie haya pagado por el crimen.

Además, la gran mayoría de las mujeres que son víctimas de acoso o violación sexual no denuncia a su victimario.

La ONU reconoció esta situación en el año de 1979 cuando se adoptó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, pero no entró en vigor sino hasta septiembre de 1981.

Y hasta 1999 la ONU decretó el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en honor de las hermanas Miraval.

Es así como el multilateralismo presionado por el movimiento feminista, reconoció hacia fines del siglo XX que las mujeres tienen derecho a vivir una vida libre de violencia. Pero un tratado de la ONU no borra siglos de crímenes imperdonables e inhumanos.

Millones de mujeres han sido olvidadas y mientras el mundo se hunde en una pandemia de violencia de género, habría que dedicar un pensamiento a todas aquellas asesinadas en la oscuridad, a las mujeres que quedaron fuera de las estadísticas, las que sufrieron vejaciones durante toda su vida y a quienes nadie les dedicó una fecha ni una palabra de consuelo.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Eje Central.