ONU urge desmantelar «cultura de tortura» en México

15-03-2018

El Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos Zeid Ra’ad Al Hussein urgió al gobierno de México a desmantelar la «cultura de tortura» que impera en el País y manifestó su deseo de que el gobierno de Enrique Peña Nieto no tome represalias contra su oficina por el informe sobre la investigación del caso Ayotzinapa.

«Espero que el gobierno reaccione con calma y si hay una cultura de tortura esta debe ser desmantelada», dijo Zeid en entrevista exclusiva con REFORMA en el marco de la publicación de «“Doble injusticia – Informe sobre violaciones de derechos humanos en la investigación del caso Ayotzinapa”.

El nuevo informe realizado por investigadores del ACNUDH sobre la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala denuncia que hay evidencia considerable para señalar que las declaraciones de al menos 34 de los detenidos fueron obtenidas mediante la práctica de la tortura.

«Lo que nos preocupa y lo que no queremos ver es un proceso que valide la tortura en un interrogatorio , no importa que tan atroz sea el crimen, debe haber límites en lo que el Estado hace para conseguir un testimonio», afirmó.

«No estamos defendiendo a quienes pudieran ser los perpetradores de los ataques a los estudiantes», aclaró Zeid de manera enfática.

«Lo que estamos diciendo es que quienquiera que haya sido interrogado, en cualquiera de las circunstancias, sin importar cuán despiadado haya sido (el crimen), el estado tiene que garantizar un proceso justo», subrayó.

Explicó que su oficina toma una postura muy firme con respecto a la Convención contra la Tortura que es absoluta, no existe ninguna circunstancia que pueda justificar esta práctica ya que cualquier evidencia que emerge de ésta puede ser impugnada por cualquier tribunal.

Como antecedente al reclamo de Zeid se encuentra el informe del Relator de la ONU contra la Tortura que argumentó su práctica «generalizada» en el País, mismo que fue desacreditado por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Después de que el GIEI hiciera las primeras denuncias sobre la posibilidad del uso de tortura en 17 de los detenidos por el caso Iguala , el equipo del ACNUDH se embarcó en una análisis más profundo de este aspecto de la investigación para entender qué tan extensa pudo haber sido su práctica en este caso emblemático y se encontraron anomalías en el proceso de 34 de los inculpados.

Para Zeid es fundamental que el gobierno analice al detalle este informe, inicie un diálogo franco y abierto con su oficina con respecto a la posibilidad de la práctica de tortura o malos tratos en la obtención de las declaraciones, con la evidencia que se muestra y que pudiera parecer incontestable.

«Tiene que haber una fotografía detallada del caso, sin ignorar que hubo partes iniciales de la investigación que no fueron acordes a la verdad y se debe partir de ahí», observó.

«Sorprendería que el gobierno defienda la primera investigación» , respondió Zeid al preguntársele si con estos antecedentes la PGR debería realizar una nueva investigación empezando desde cero.

Recordó que uno de los momentos más difíciles de su visita a México fue el tremendo dolor que impregnó su encuentro con los padres y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos esa trágica noche.

«Lo que más quisiéramos es ver justicia para ellos» exclamó Zeid insistiendo en que les preocupa que en esta parte de la investigación el informe presenta suficiente evidencia para considerar que incluso testimonios que se usaron para ciertas conclusiones también fueron obtenidos por tortura.

Con respecto a una posible respuesta desmedida del gobierno contra el informe o represalias contra su personal e incluso la amenaza del cierre de las oficinas del ACNUDH en México, Zeid contestó que «espera que no» y expresó su deseo de que siga funcionando su oficina en el País como hasta ahora.

«Urge una respuesta del gobierno considerable y considerada al informe», manifestó Zeid quien espera el compromiso tanto del gobierno de Enrique Peña Nieto como del nuevo mandatario sin importar quién salga electo.

«Realmente nosotros no queremos complicar esto, la complicación viene de aquellos que hicieron el interrogatorio en primer lugar, la falta no debe ser puesta en la ONU y como ya lo he dicho, no es al mensajero al que se debe disparar», abogó.

Para el Alto Comisionado idealmente lo que debería de proceder es que tanto el gobierno como la ONU vean en conjunto los casos que se presentan en el informe, que los analicen y los discutan.

«Queremos ayudar y espero que nuestra oficina siga funcionando y trabajando con las autoridades en México», esbozó Zeid argumentando que también quieren ver un cambio con respecto a una «cultura perversa» entre las fuerzas armadas o la policía en relación a la tortura.

Consideró que Ayotzinapa es uno de esos casos que siguen bajo discusión y cuyos hallazgos no han convencido a la opinión pública y mientras el caso no se aclare de manera irrefutable permanecerá como una herida abierta en la mente de los mexicanos.

En su opinión sería lamentable negar los hallazgos del informe sin considerar la evidencia, especialmente después del logro de la adopción de la Ley contra la Tortura.

Desde su visita a México en 2015 Zeid pudo constatar que había un sentimiento de que la primera investigación estaba comprometida y es por ello que se debe continuar con la investigación hasta entender exactamente qué es lo que pasó, porque a pesar de que hay 129 detenidos, sigue habiendo varias interrogantes.

«Hay que ir hacia donde va la evidencia , no se pueden saltar etapas, en México hay mucha especulación sobre dos o tres teorías, pero lo que no queremos es ver un proceso que valide el uso de tortura en los interrogatorios», reiteró.

Asimismo exhortó a establecer un diálogo con los familiares de los estudiantes, el gobierno, las autoridades, la sociedad civil, todos los actores involucrados para llegar a una conclusión sobre cómo lidiar con los hallazgos del informe en relación a la tortura.

Remarcó que el ACNUDH no persigue revelar quienes son los culpables de la desaparición forzada de 43 jóvenes mexicanos, pero en cualquier caso espera que este informe pueda contribuir a que el caso de Iguala sea resuelto de manera irrefutable y creíble.

«Queremos ver este crimen resuelto», expresó Zeid a unos meses de dejar su mandato al frente del ACNUDH.

«México merece la verdad», concluyó el Alto Comisionado.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Reforma.

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