¿Más machistas que los machos?

Llama la atención que las mujeres morenistas que ocupan cargos en el poder parecen estar cortadas con la misma tijera y son más machistas que los machos mexicanos. Todas ellas trabajan para un solo hombre que vive en Palacio Nacional y están sometidas a su mando patriarcal.

La Dra. Claudia Sheinbaum llegó a la jefatura del gobierno de la Ciudad de México acompañada por la esperanza de millones de mujeres que pensaron que por fin sus demandas iban a ser escuchadas y la vida en esa selva de concreto sería más amable para ellas y más justa. Teniendo el poder en sus manos para defender los derechos de las mexicanas, prefirió darles la espalda.

Que yo sepa, Sheinbaum no acompañó, ni arropó las marchas del 8 de marzo. Se enfocó en pedirle a las mujeres que no hubiera disturbios en las manifestaciones, que marcharan bien portaditas, así como le gusta a su jefe. No se pronunció contra el cierre de refugios para víctimas de violencia doméstica, no se reunió con colectivos de madres buscadoras, ni con feministas, ni con activistas, ni con familiares de víctimas de feminicidio, no se reunió con las periodistas, no les ofreció más protección por el trabajo que desempeñan, no las protegió de la violencia digital de la que han sido blanco, muchas de ellas, compañeras de páginas aquí en Opinión 51. No se encargó de hacer un fondo para proteger las periodistas amedrentadas a parte del Mecanismo de Protección para Periodistas y Defensores de DDHH, que no ha servido de mucho y que este gobierno, lejos de invertir, le ha recortado el apoyo económico. La ONU extendió más de un centenar de recomendaciones para mejorar dicho Mecanismo, las cuales, para variar, no han sido implementadas. Al menos no en su totalidad.

Sheinbaum teniendo en sus manos semejante tribuna no la ha utilizado para la causa de las mujeres. Con base en la experiencia de la Ciudad de México, podría haber impulsado la despenalización del aborto en todo el país, apoyar el derecho a decidir, el más primordial de los derechos que en mi opinión tiene una mujer. No, ella trabaja para cumplir las órdenes de un macho que nunca se ha dignado a recibir a las activistas feministas ni a dialogar con ellas. Las mexicanas caminan con miedo en la CDMX y prácticamente en todas las urbes del país, las molestan, las acosan, las maltratan, las violan, las matan, las queman, las deforman, las descuartizan, las tratan, las prostituyen, las esclavizan, en total impunidad y ella calladita porque se ve más bonita. Dicen por ahí: “never give a sucker a second chance”. Es uno de mis mantras.

Y que no se nos olvide que la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México Delfina Gómez, a quien parecen importarle más las palabras que los hechos, no dijo ni pío cuando apareció en el diario oficial (28/02/22) el anuncio de la desaparición del Programa Escuelas de Tiempo Completo. Le preguntaron en la mañanera y no supo o no quiso responder.

Doña Delfina dejó sin escuela de tiempo completo a unos 3.6 millones de niños y le quitó ese gran apoyo con el que contaban las madres de esos niños, la mayoría de ellas madres trabajadoras. De ese tamaño es el golpe bajo que la morenista le dio a millones de mujeres. Y además le pidieron comparecer en la Cámara de Diputados para dar una explicación y pospuso la cita en cuatro ocasiones. Claro, si es un asunto relacionado a los derechos de las mujeres, vale madres. Y finalmente se reunió con los partidos en la Cámara de Diputados ¡a puerta cerrada! De ese tamaño fue la traición.

Y qué tal la gobernadora de Campeche, la pelirroja Layda Sansores, amedrentando desde el poder a otras mujeres, eso es verdaderamente inédito, inaceptable, bajo y ruin. Hace unos días, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que Sansores, cometió violencia política en razón de género contra varias diputadas federales del PRI, así como contra representantes partidistas. Señaló que la difusión en redes sociales de las expresiones de la gobernadora, hechas en su programa “El martes del Jaguar”, contenían violencia sexual, verbal y sicológica contra las legisladoras priistas.

Yo hablé con una de ellas, la escuché, sentí su angustia, indignación, su pavor. Independientemente de que, si de manera voluntaria las legisladoras enviaron sus fotos al oscurísimo Alito Moreno, no soy nadie para juzgarlas. Cada mujer hace con su cuerpo lo que le dé la gana si la acción es absolutamente libre. Ahora bien, si Alito las estaba chantajeando con eso, pues debe haber rendición de cuentas y si es culpable, juzgarlo. Pero lo que hizo Sansores, además de ser ilegal, es imperdonable. Y todavía se atreve a ponerse una camiseta que dice que la “equidad de género no es una mamada”. Ah pero qué bonito le recitó a su macho jaguar. Qué detallazo.

Por su parte, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez , no se queda muy atrás. Se abordó en la mañanera que un colectivo de buscadoras pidió una tregua a 9 cárteles. El presidente apoyó la iniciativa, pero no habló de las buscadoras, ni se refirió a ellas, habló largo y tendido de sus programas para reincorporar a los jóvenes (¿hombres?) para que no sean reclutados por el crimen organizado. Rosa Icela dijo que están protegiendo a las buscadoras en el Mecanismo, no dio números, no dijo cuántas están protegidas. Prometió que ofrecerán apoyo “a todas las activistas que lo soliciten”. Sin embargo, no entendí por qué trató de descalificarlas al decir que algunas de ellas “se quejan” porque sus teléfonos no tienen buena conexión. Me imagino que la secretaria no sabe que una llamada o un mensaje te puede salvar la vida.

Y a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, nunca la escuché protestar por la falta de apoyo de su jefe a las pequeñas empresas durante la cuarentena y el cierre de actividades por la pandemia. No metió ni las manitas para evitarlo. Según datos de la OIT en México, un país de micro, pequeñas y medianas empresas, 1.6 millones de negocios cerraron, la mayoría por falta de apoyo del estado. Aún no se tienen las cifras exactas, pero la OIT afirma que miles de mujeres eran las propietarias de estos pequeños negocios y además cerca del 93 por ciento de las pequeñas empresas en el país tienen menos de 10 empleados. ¿Cuántos de ellos serían mujeres? Si no era la secretaria del Trabajo la que pusiera el grito en el cielo ¿quién hablaría por ellas? Se quedó callada.

Quizá hay muchos ejemplos para completar esta lista, pero no quisiera irme sin hablar de la medallista olímpica Ana Gabriela Guevara titular de la CONADE. ¿Por qué no apoya a las mujeres deportistas? ¿Por qué insulta a las nadadoras que de manera digna hicieron todo lo que estuvo en sus manos para financiar sus entrenamientos y participación en el campeonato de Egipto? No hay ningún desdoro en vender trajes de baño, ni en vender calzones, ni Avon, ni Tupperware, para cumplir su sueño de ir a las Olimpiadas. Las nadadoras llegaron con el oro, Guevara mostró el cobre.

Las morenistas no son solidarias con las mujeres, todo lo contrario. Sufren de un machismo arraigado como el del presidente. Y sí, me queda claro que salieron más machistas que el Macho. Qué despropósito.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para Opinión 51.