Naciones Hundidas: Lo voy a acusar

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, amenazó a los secuestradores de 16 trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Chiapas con que los iba a acusar con sus papás y sus abuelos. Pues intentaré hacer lo mismo, esperando que tenga un buen efecto y el presidente resuelva de una vez por todas las profundas heridas que aquejan al país y que por falta de voluntad política no ha curado.

Es muy desafortunado que no puedo dirigir las acusaciones a los padres y abuelos del presidente, porque ya partieron de este mundo, pero lo puedo acusar con millones de mexicanas y mexicanos que ya están hartos de tanta ineptitud. Han sido cinco años de continua campaña electoral, de una larga lista de errores, falta de medicamentos, despilfarro en sus megaproyectos, pésimos servicios de salud, falta de apoyo a trabajadores durante la pandemia, descuido de la política exterior, ataques a la prensa y de denostar desde el púlpito de la mañanera a cualquiera que lo critica, increpa o cuestiona.

Yo lo acuso señor presidente de violencia política de género por tratar de descalificar y desacreditar a una mujer independiente que gracias a que usted le cerró las puertas del Palacio, millones de personas y, sobre todo, miles de mexicanas, la hemos arropado como candidata presidencial con gran emoción y esperanza. Como bien lo ha expresado Xóchitl Gálvez en varias entrevistas, usted es un presidente machista que no soportó que ella se haya negado a participar en su partido ¿Cómo es posible que una mujer rechazara semejante propuesta? Pues muy sencillo, Xóchitl se dio cuenta de que las mujeres que rodean a AMLO son sumisas y siguen al pie de la letra las órdenes de su líder. Ella no. En cambio, vemos a Claudia que repite como loro las mismas palabras de AMLO, con una voz desgastada, agotada, nada que ver con la alegría, la vitalidad y el entusiasmo de Gálvez. El carisma no se compra.

Y habrá que advertirle que no queremos otro Madurito que, por miedo a la inevitable derrota y el apoyo de miles de venezolanos, encontró toda suerte de argucias legales para inhabilitar a su más fuerte opositora: María Corina Machado. Muy al estilo de Daniel Ortega. Son iguales.

Xóchitl se defiende sola, es fuerte y entrona, pero de cualquier forma si es necesario la vamos a apoyar, no tenga la menor duda. Ay señor presidente, ¿qué va a decir su esposa si usted sigue con los ataques verbales contra una Senadora de la república en una mañanera y en la otra también? Lo voy a acusar de tratar de difamarla, deje en paz a una mujer a la que usted no alcanzó a medir, por favor ya compórtese y mejor disponga de un cuerpo de seguridad para Xóchitl, ya vio como la golpearon cuando le fue a tocar la puerta, los morenistas le hicieron montón en un acto muy cobarde, póngales un alto. Por el bien de todos.

Usted dijo en su conferencia que “nunca ha ofendido a una mujer” ¿Es en serio? Qué corta memoria tiene, podemos hablar de los improperios que ha lanzado contra la ministra presidenta Norma Piña, contra Denisse Dresser, Nayeli Roldán y Pamela Cerdeira, entre otras. Las palabras ofenden y todavía más en un país con un promedio de ocho feminicidios al día, violaciones, acoso sexual, abuso intrafamiliar. Lo voy a acusar con los colectivos feministas con quienes nunca se ha querido reunir, a ver qué opinan.

Lo voy a acusar también con las madres de miles de mujeres cuyas muertes siguen impunes, la falta de justicia carcome las morgues, los velatorios, los tinacos, los terrenos baldíos en los que sus cuerpos son olvidados. Lo voy a acusar con las madres de las desaparecidas, con las buscadoras a las que amenazan y balean por ir a buscar a sus hijas, a sus hermanas, a sus madres. Impera la impunidad en el país y la violencia contra la mujer adquiere dimensiones epidémicas, especialmente con un presidente al que le gusta hablar mal de las mujeres que le plantan cara.

López Obrador se hunde en sus propias mentiras, en sus palabras disonantes, en su risa burlona. Al presidente le pasan de noche los derechos de la mujer, tiene un gabinete con mujeres que agachan la cabeza y no se atreven a contradecirlo. Es probable que dos mujeres luchen cara a cara por el mando del país. Las ciudadanas exigimos juego legal porque de lo contrario lo vamos a acusar en un tribunal internacional y del tamaño de la ofensa, será el castigo. Así tal cual.

Gabriela Sotomayor, Ginebra, Suiza.
Para EjeCentral.